mayo 27

   El otro día abrí la ventana y pude sentir el aire frío en la cara. Era uno de esos días en que uno no desea salir de casa. Bajé las escaleras y pude ver que los vidrios de la cocina junto al calentador estaban escarchados. El día estaba algo nublado.

   Sobre el fregadero estaba todavía la copa que compré en la semana. Al parecer son de los escasos productos todavía hechos a mano. La línea de la cristalería tenía como marca el nombre de un genio del renacimiento italiano y una nube. Una nube. Recuerdo que cuando pagué por ella el ticket decía: "Mille Fiori". Parecería un sarcasmo. Y mientras los demás hombres se pelean por regresar al útero, por regresar a casa o se encuentran empeñados en destruir su hogar... yo compro una copa para darme un gusto y recibo a cambio una broma anónima.


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