No tardó mucho en empezar a llover. Recordé el día anterior en que después de cenar salí al parque a caminar, había una neblina muy ligera y todo olía a tierra. Hoy el cielo tronaba, luego empezó a llover más fuerte. Se metió un poco el agua. Saldo blanco o ya aprendí a pilotear mis pequeñas tormentas.
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