junio 17

   Las calles mojadas en las primeras horas de la madrugada. Yo estoy sentado en el sofá de la sala, no hay luces encendidas. Me levanto, tomo las llaves del auto y salgo. Una vez allí cierro la reja, abro el coche...
 - ... tomas asiento y metes el embrague mientras giras la marcha. (dije)
 - Eso es, exactamente. (Luis asiente con la cabeza)
 - ¿Y? 
 - Tu sabes, comencé a seguir al auto gris.
 - Si.
 - Serio. No era un Caribe blanco, era un auto gris.
 - ¿Hasta dónde le seguiste?
 - Esperé un poco en el semáforo.
 - ¿Qué estabas esperando?
 - Solo permanecía ahí, dejando que se alargara la distancia entre ambos.
 - ¿Y después?
 - Continué siguiéndolo por las calles mojadas, el aire se sentía frío y se llevaba todos los sonidos en otra dirección.
 - ¿Cómo?
 - En contrasentido tal vez.
 - Hmmm... ¿por el carril del trole? Y el auto gris, ¿hasta dónde le seguiste? (pregunté)
 - Hasta que se detuvo. (Luis hizo un gesto indescifrable)
 - Y, ¿dónde fue eso?
 - ¿Has oído hablar de la "singularidad"? (me miraba fijamente)
 - Uno escucha muchas cosas, pero no cambies el tema. (contesté)
 - Pues hasta ahí lo seguí y todavía mas.
 - Luis ya dime, ¿realmente qué estabas haciendo parado en ese semáforo de luz verde?
   Luis miraba por la ventana indiferente: "Te digo, antes de llegar al punto en el que convergen todos los caminos, esperaba a que la distancia entre los carros fuera lo suficientemente amplia."

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