Las calles mojadas en las primeras horas de la madrugada. Yo estoy sentado en el sofá de la sala, no hay luces encendidas. Me levanto, tomo las llaves del auto y salgo. Una vez allí cierro la reja, abro el coche...
- ... tomas asiento y metes el embrague mientras giras la marcha. (dije)Luis miraba por la ventana indiferente: "Te digo, antes de llegar al punto en el que convergen todos los caminos, esperaba a que la distancia entre los carros fuera lo suficientemente amplia."
- Eso es, exactamente. (Luis asiente con la cabeza)
- ¿Y?
- Tu sabes, comencé a seguir al auto gris.
- Si.
- Serio. No era un Caribe blanco, era un auto gris.
- ¿Hasta dónde le seguiste?
- Esperé un poco en el semáforo.
- ¿Qué estabas esperando?
- Solo permanecía ahí, dejando que se alargara la distancia entre ambos.
- ¿Y después?
- Continué siguiéndolo por las calles mojadas, el aire se sentía frío y se llevaba todos los sonidos en otra dirección.
- ¿Cómo?
- En contrasentido tal vez.
- Hmmm... ¿por el carril del trole? Y el auto gris, ¿hasta dónde le seguiste? (pregunté)
- Hasta que se detuvo. (Luis hizo un gesto indescifrable)
- Y, ¿dónde fue eso?
- ¿Has oído hablar de la "singularidad"? (me miraba fijamente)
- Uno escucha muchas cosas, pero no cambies el tema. (contesté)
- Pues hasta ahí lo seguí y todavía mas.
- Luis ya dime, ¿realmente qué estabas haciendo parado en ese semáforo de luz verde?
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