12 diciembre

   No tuvo nada particularmente especial, al menos no como yo hubiera pensado. Hoy recogí mis cosas de esa casa morada. Le pedí a mi papá y mi hermano que me acompañaran por si otra vez a Ausencia se le ocurría ponerse frente a mi coche y saltar y tirarse a la calle para no dejar que me fuera. Afortunadamente no estaba. Tomé mis cosas y nos fuimos. En el camino a casa la tarde fría, luz brillante, sonaba una canción en el radio, Dust in The Wind. Llegué a la casa, tomé el material quirúrgico que me removieron de la pierna hace 1 mes y fui a enterrarlo al parque. Seis tornillos y una placa. Pensaba quemarlos, pero solo los pateé, luego los pisé y finalmente los cubrí con ojas secas. Todo debe volver a la tierra. Todo debe volver a ser. Como las hojas secas, esas que algún día volveré a ser.


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