septiembre 19

   Como tener que tomar tres diferentes trenes para llegar al coche que finalmente te llevará de regreso a casa, o es lo que esperas. Como tener y tener que, que no es lo mismo que poseer. Como el desgaste del que tanto hablan por ahí en las canciones. Como medir la erosión de vez en cuando... contra la pared, contra la báscula, contra tí mismo. Como platicar con el espejo y tragarte todas sus mentiras. Como sentarte y esperar a que el tiempo se canse de verte sentado.

   La verdad la cuestión no es como que las cosas se parezcan a otras en absoluto. La verdad es que a veces no hay nada. Y la nada jala con fuerza, siente uno su centro de gravedad y es como si se precipitara sobre el horizonte de eventos y Pepe Grillo te advirtiera que es el último retorno, pero sabes que la geometría euclidiana es para niños de primaria y que en la vida real hay singularidades que nadie entiende. Que nadie entiende. No es que las cosas parezcan estar en el lugar de otras, como encontrar palabras haciendo las veces de voces, de pensamientos, de lugares, de personas, de otras cosas. Esa es una de esas veces, en que el tren va un poco vacío, pero tu reflejo es un poco más arrugado y la figura un poco más borrosa y su postura se nota cansada y estás un poco también harto de odiar el reflejo. Y es que aunque sabes que no puedes cargar con un peso más, tienes la palanca de velocidad trabada, trabada, trabada, como... bueno ya sabes como quiénes.

   Hay gente que busca a otras porque se sienten bien cuando están con ellas, o se gustan cuando están con ellas. Hoy noté mi mente más relajada en la mañana cuando todavía estaba encima del día y no ahora que el día está muy sobre de mí. Me gustaría más bien estar sobre de ella o al revés. Ándale al revés. Me gustaría. Extraño su perfume.

   Se abrieron las puertas del tren y pensaba que odio a la gente que no se permite ser feliz. Y odio a la gente complicada. Y quizá odio mi trabajo. Y odio vivir aquí. Y no es que sea un manojo de nervios. Las cosas son muy sencillas: ahí está la salida, vengo por el andén... voy camino a casa. Todo son símbolos y así es el laberinto. Y me pregunto cómo fue que pasó esto. Es así.


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