septiembre 29

“Ser tu mismo en un mundo que está intentando constantemente hacer de ti otra cosa es el mas grande logro.”  
                                                                                                                                           Ralph Waldo Emerson

Especímenes inconjugables y sin valor.
   Soñé Al. Soñé que te veía caminar sobre la nieve. Soñé que me perseguías sobre la nieve. Me seguías de cerca y no había nada, solo nieve. El lodo se me metía a las botas y sentía los pies fríos muy fríos. Después te veía tendido en una cama, estabas acostado intentando alcanzar una guitarra. ¿Con ella si compartes la habitación Al? Lo importante no es eso sino que la sepas tocar, ¿acaso no? Y luego me las imagino cayendo en una fosa como en esa novela de Milán Kundera. Yo siempre quise ser Sabina, ¿recuerdas? Ya no, hace tiempo que dejé de ser una joven promesa. Sigo deseando la oficina de la esquina al final del pasillo, prometieron que sería mía. Si tan solo pudiera caminar hasta el final del pasillo, pero ya no me pertenezco, estoy atrapada. Ahora ya no estoy tan segura de poder moverme en esa dirección... dirías tú: "en esa dimensión", hombre multidimensional, para todo lo demás existe MasterCard, ¿no? ¿Cómo permaneces individuo, cómo resistes? Estuve pensando, ya no puedo ser esa. Ya no estoy para andar tomando la carretera libre a Cuernavaca contigo, sentárteme encima y sentirte entre las piernas mientras tú solo acomodas el espejo retrovisor e intentas mantener firme el pie sobre el acelerador. "Como jugar al jackass del sexo" dijo mi jefa, la que no me dio la oficina que yo quería. Ya me parezco a ti y generalmente como sola. Descubrí que si pido uno de esos tés herbales en Starbucks me cobran la mitad pero no dicen mi nombre, ni me lo dan en la barra. Al, ¡mi vaso no decía mi nombre! Por un momento pensé que se me había olvidado mi propio nombre, a veces lo olvido. A veces creo que necesito que me recuerden quién soy. Me preguntaba qué pensarías si el Banco de México imprimiera un billete con tu cara de un lado y la mía al reverso. Creo que por eso cuando veo los billetes de quinientos pesos pienso: ¿Quién quiere estar en el mismo billete que su exnovio, examante, exesposo? Da lo mismo, asegúrate de que cuando mueras los derechos de tu obra los tenga un familiar y no el banco, ¿vale?. Ah, pero se me olvidaba que tu estás en guerra permanente con tu familia. No, entonces retiro lo dicho, el banco sabe lo que hace si es capaz de imprimir amores cobardes en un billete cuando ni ellos mismos, ni el mejor orador han sido capaces de conjugarlos. En fin Al, ya voy entendiendo que hay cosas que nunca me pertenecerán tanto como esos días. Y después... ya no puedo ser esa, porque aunque quiera, estoy atrapada, siento no poder seguirte como cuando jugábamos a que tú eras un verbo que yo inventaba y pronunciaba. Ahora se que mi ambición supera mi talento. De cualquier manera no puedo ser, estar o parecer esa, adorable verbo copulativo, soy como el deseo que se desea a si mismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario