enero 17

   Antes de que la crisis tomara proporciones épicas, fui invitado a un recorrido express en lo que ahora se conoce como los refugios subterráneos. Invitación que naturalmente rechacé. En ese entonces, nadie esperaba que el virus influenza A subtipo H1N3 tuviera una mutación particularmente letal. Supe, tiempo después y por una fuente interna, que los refugios fueron incapaces de contener la epidemia. 

   Los eventos que me llevaron a tal invitación se remontan a días antes de que cesaran por completo las transmisiones de televisión. No fue problema volver a usar mascarilla, era algo que ya se había ensayado en anteriores pandemias. Fue entonces que empezaron a pasarme cosas realmente extrañas, casualidades, por así decirlo. Lo recuerdo porque el tipo de casualidad era algo sin precedentes hasta aquel momento. Por ejemplo, en menos de una semana me topé con tres personas que se llamaban igual que los personajes de mis textos. Esto no fue tan sorprendente como el hecho de que hasta compartían ciertos rasgos y características físicas con los personajes imaginarios. Varias veces pensé que estas cosas eran producto del shock o estrés postraumático. Después se me ocurrió que alguien había conseguido finalmente echarle mano al archivo de configuración universal que rige las leyes del espacio y del tiempo, saboteándolo definitiva e irreversiblemente. En ese entonces yo, como la mayoría, era una persona sumamente ingenua.

   Como me explicaron mas tarde los mismos sobrevivientes, las cosas eran mas sencillas de lo que parecían. Lo digo así porque de la gente que me topé, aparentemente por casualidad, todos resultaron ser actores profesionales. Así fue como uno de ellos me presentó conmigo mismo. Al menos así lo interpreté, pues dijo que se llamaba igual que yo. Me propuso participar en un viaje express que, te repito, rechacé. En fin, pasaron muchas cosas, sin embargo en retrospectiva, existen suficientes elementos para afirmar que no es solo posible, sino probable que los grandes desastres que redujeron la población mundial en un 98%, así como sus similitudes con las profecías bíblicas, fueron deliberadamente planeados y ejecutados con incalculable precisión.

Ensayo pandémico

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